LA VERDADERA EDUCACIÓN
A continuación Licurgo, un legendario legislador de Esparta nos da una magistral enseñanza sobre el
significado de la educación.
Se cuenta que el legislador Licurgo fue invitado a dar una conferencia sobre educación. Aceptó la
invitación, pero pidió un plazo de seis meses para prepararse. El hecho causó extrañeza, pues todos
sabían que él tenía capacidad y condiciones para hablar en cualquier momento sobre el tema, y por eso
mismo lo habían invitado.
Transcurridos los seis meses, Licurgo compareció ante la Asamblea, que estaba expectante. Se ubicó en
la tribuna, y enseguida entraron unos criados portando cuatro jaulas. En cada una había un animal; en
total eran dos liebres y dos perros. A una señal preestablecida, uno de los criados abrió la puerta de una
de las jaulas y una pequeña liebre blanca salió corriendo, espantada. Luego, el otro criado abrió una jaula
donde había un perro, y éste salió en desesperada carrera a la captura de la liebre. La alcanzó con
destreza, destrozándola rápidamente. La escena fue dantesca y golpeó a todos. Una gran conmoción
corrió en la Asamblea y los corazones de todos parecían saltar del pecho. Nadie conseguía entender lo
que Licurgo deseaba con tal agresión. Licurgo no dijo nada. Volvió a repetir la señal establecida, y la otra
liebre fue liberada de su jaula. Enseguida, se liberó al otro perro. El público apenas contenía la
respiración. Algunos, más sensibles, llevaron las manos a los ojos para no ver la repetición de la muerte
bárbara del indefenso animalito que corría y saltaba. En el primer instante, el perro embistió contra la
liebre. Sin embargo, en vez de destrozarla, la tocó con la pata y ella cayó. Luego se irguió y se puso a
jugar. Para sorpresa de todos, ambos animales mostraron tranquila convivencia, saltando de un lado para
el otro. Entonces, y solamente entonces, Licurgo habló:
Señores, acabáis de asistir a una demostración de lo que puede la educación. Ambas liebres son hijas de
la misma matriz. Fueron alimentadas igualmente y recibieron los mismos cuidados. Así, igualmente, los
perros. La diferencia entre ellos reside, solamente, en la educación. Y prosiguió vivamente su discurso,
exponiendo las excelencias del proceso educativo.
La educación, basada en una concepción exacta de la vida, transformaría la cara del mundo. Debemos
educar a nuestro hijo, esclarecer su inteligencia pero, ante todo, debemos hablar a su corazón,
enseñándole a despojarse de sus imperfecciones. Recordemos que la sabiduría por excelencia consiste
en volvernos mejores.
LA EDUCACIÓN NO SE CONSTITUYE EN MERA TRANSMISIÓN E INCORPORACIÓN DE
INFORMACIONES, SINO QUE CONSISTE EN TRABAJAR LAS MEJORES POTENCIALIDADES DEL
SER…
“Es necesario aprender lo que necesitamos y no únicamente lo que queremos."